Recuerdo que los profesores siempre decían que era “muy trabajadora”. Por aquel entonces no lo valoraba demasiado, pero cuanto me ha servido y me ha acompañado esa frase en mi vida.
He sido de las que sacaban buenas notas, de modo que seguir estudiando y hacer una carrera universitaria era lo previsible. Durante una época quise estudiar magisterio, imagino que por los buenos recuerdos de los profesores que tuve, pero luego me di cuenta que lo mío era otra cosa.
Siempre me ha generado mucha curiosidad entender qué hace que actuemos de una manera determinada. Qué es lo que pasa dentro de nosotros para ser y hacer de un modo y no de otro. Me imaginaba qué conocimientos podría adquirir para poder ayudar a las personas y darles soluciones a sus problemas… ¡desde fuera me parecía hasta mágico!
Luego cuando empecé a estudiar psicología el primer año, me di cuenta de lo equivocada que estaba, y de lo complejo que es el humano y que la psicología es una ciencia que implica analizar muchas más variables.
Tuve claro que dentro de la psicología lo mío era la rama clínica. Quizá por eso, seguía hacia adelante a pesar de encontrarme con una gran carga de asignaturas de estadística, siendo yo de “letras”. Pero soy bastante insistente y pensaba que el final del camino merecería la pena. Aun así, para mí una de las mejores épocas probablemente haya sido la facultad. De esta aún conservo muchos amigos con los que he compartido muchas vivencias, desde esos momentos de agobios de exámenes y trabajos en grupo, hasta viajes, fiestas y muchas risas.
Me llamaba mucho la atención la psicología forense (quizás muchas series de la época tuvieran algo que ver) pero las circunstancias me llevaron a realizar mis prácticas académicas a un centro de psicología. Cuando miro atrás, me alegro mucho de que así fuera. La emoción de estar presente en las primeras sesiones, como coterapeuta y poder ir aprendiendo, poco a poco de psicólogas ya expertas. El conocer y entender pero ya in situ, no solo lo que nos habían contado en los libros, si no que algo que tú hacías, podía tener impacto y mejorar la vida de los demás.
Desde que empecé no he parado y son ya ¡doce años! los que llevo trabajando ininterrumpidamente como psicoterapeuta.
El camino no ha sido fácil, han sido muchos pequeños pasitos hasta que pude dedicarme completamente a la psicología. Durante un tiempo estuve compaginando un máster de terapia de conducta los fines de semana en Madrid, con otros trabajos secundarios y la psicología. Aprendí que la constancia, el esfuerzo y la perseverancia es el camino directo para conseguir lo que te propones.
Siempre me gustó estudiar el trastorno obsesivo compulsivo. Más allá de las clasificaciones que nos daban en la facultad, cuando tuve la oportunidad de ayudar a las personas que lo sufrían de verdad, entendí que era mucho más que lavarse las manos.
Es un trastorno complejo, heterogéneo, difícil de tratar y no sé cuántos libros me pude leer, hasta dar con la mejor forma, el mejor método.
Este interés me llevó a formar parte del grupo de trabajo de Psicología del TOC, del colegio oficial de psicología de Andalucía occidental, para compartir todo lo que yo había aprendido durante tantos años y junto al resto de compañeros, poder concienciar, informar y dar visibilidad a un trastorno tan desconocido y estigmatizado.
Cuando atendí por primera vez, una persona con trastorno obsesivo compulsivo en mi consulta y la ví recuperarse sentí tal atracción por este trastorno que desde entonces, solo he hecho estudiar, leer y mejorar mi método. Un método hoy por hoy eficaz, con el que puedo ayudar a todas las personas que vienen a mi consulta y que puedo acompañarlas día tras día hasta que se sienten fuertes y recuperadas.
Algunas cosas que no sabes sobre mí:
- Deporte. Hasta hace pocos años ni contemplaba la ropa deporte en mi armario. Luego empecé poco a poco a hacer ejercicio, a practicar spininnig y a día de hoy ya lo tengo integrado como parte de mi rutina.
- Soy aficionada a las manualidades, y sobre todo scrapboocking: crear, decorar fotografías, documentar viajes y experiencias. Es mi momento de desconexión y creatividad.
- Me encanta la papelería bonita. Tengo miles de cuadernos, de bolis, donde anoto, ordeno ideas, hago listas… me gusta la planificación y organización (aunque voy por épocas!)
- Playa. Me puedo pasar horas en la playa ¡y no me canso! Me encantaría poder vivir en una zona de costa. Creo que es otro estilo de vida.
- Soy melómana, disfruto y escucho mucha música a diario y me apunto a todos los conciertos que pueda. Estoy totalmente de acuerdo con la frase de “invertir en experiencias”.
De todo ésta experiencia, de lo aprendido durante estos años quiero ayudarte con mi blog, a que conozcas cómo funcionan los mecanismos de la ansiedad y a aprender a gestionarla, a enfrentarte a los miedos, a conocer, identificar y comprender qué es el trastorno obsesivo compulsivo y cómo se puede vencer.
Porque se puede vencer.
Y ahora dime, ¿coincides en algo conmigo? ¿Crees que podré ayudarte? Te leo en los comentarios.
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